viernes, 26 de septiembre de 2008

..::"Si no hay disciplina no hay aprendizaje"::..

GESTIÓN DEL AULA
La lectura se me hizo muy interesante y me agradó mucho, ya que conforme te informaba de conceptos a la vez te ponía y explicaba claros ejemplos congruentes al concepto manejado; además de que da tips muy importantes en el manejo de las clases en el aula y que me servirán para la jornada que se aproxima.
Voy a empezar con el concepto de gestión del aula según Emmer (1987) “un conjunto de comportamientos y de actividades del profesor encaminados a que los alumnos adopten una conducta adecuada y a que las distracciones se reduzcan al mínimo”. A grandes rasgos se trata de una buena disciplina en el grupo, un buen control aunque un autor nos dice: la actitud de una persona hacia la disciplina es la medida de la propia disposición de esa persona a mandar, Van Manen(1998).
Nos dice que algunos alumnos no saben lo que deben de hacer cuando terminan su trabajo primero y el profesor esta ocupado con los demás alumnos; por lo tanto ellos hacen desorden ya que así relajan la tensión.
Algunas de las recomendaciones para la gestión en el aula es establecer buenas relaciones de trabajo, un ambiente agradable, harán que los alumnos sean responsables de su conducta y deberes, una buena organización en el aula, buenas actividades en las que mantengan ocupado a los alumnos y por último como reaccionar al mal comportamiento ignorando conductas indeseables de menor importancia.
Menciona el autor del dominio-control, que es la habilidad de comunicar a los alumnos que el profesor sabe lo que está pasando en el aula (tener ojos en la espalda) y de un encabalgamiento, es la capacidad de atender a dos alumnos del aula a la vez.
Aprendí que si no hay disciplina no hay aprendizaje y que al momento de intervenir para corregir a los alumnos hay que hacerlo sin bloquear la clase sin perder el ritmo y secuencia de las actividades, ser uniforme en las actividades mantenerlos alerta en las actividades para que participen, tenerlos motivados y ocupados.
Cuando uno interviene para corregir actos dentro de la clase, estos deben ser graves e indicar al alumno lo que debe de hacer y no castigando la conducta mala, hay que reorientarlos sin llamar la atención directamente, se debe hacer dando instrucciones y decir por ejemplo: veo dos pupitres en los que los alumnos no están trabajando. Pero para que ellos te escuchen, las aulas deben estar aislados de ruidos exteriores y tener en su interior buenas condiciones acústicas, de manera que aun los alumnos colocados en los últimos lugares puedan percibir sin esfuerzo y claridad las explicaciones del maestro, Juan Solá Mendoza (196?).
Una táctica para no interrumpir la clase ni el resto de los alumnos es dirigir la vista hacia los ojos del infractor. Es cierto ya que por medio de la vista uno puede hacer saber a los demás lo que siente en ese momento e inversamente: el tacto trabaja con la mirada, Van Manen (1998).
Algo que se debe hacer para mantener interesados al alumnado en clase es la variedad de actividades en los contenidos a trabajar, ya que no es lo mismo hacer un resumen o llevar a cabo una actividad experimental en donde el niño observe, manipule y registre y así tenga un mejor aprendizaje.
En el salón de clase se encuentran alumnos que tantean la baja autoridad del profesor e inician con la indisciplina en el aula, con la seguridad se puede combatir este problema.
En las jornadas pasadas de observación y práctica docente se me dificultó el poner más actividades para los niños que terminan primero, en esta jornada que se avecina buscaré las estrategias para mantener al alumnado trabajando y no se haga desorden así como tratar de estar listo a los problemas que hay en la clase, corrigiéndolos de tal manera de no interrumpir y tratar de no perder el hilo de las actividades y que estas sean atractivas (variadas).

Bibliografía
-Davis , Gary A. y Margaret A. Thomas (1992), “La gestión del aula”, en Escuelas eficaces y profesores eficientes, Roc Filella Escolà (trad .), Madrid, La Muralla (Aula abierta), pp. 113-126 y 142-145.
-Manen, Max van (1998), “El tacto pedagógico” y “El tacto y la enseñanza”, en El tacto en la enseñanza. El significado de la sensibilidad pedagógica, Barcelona, Paidós (Paidós Educador, 135), pp. 159-214.
-Sola Mendoza, Juan (196?), “Higiene del edificio escolar”, en Higiene Escolar, México, pp. 173-201.

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